Soy de aquellas personas que se autoproclaman escépticas, pero he evidenciado muchas veces que las cosas ocurren por algo. Si bien mi universidad no estuvo entre mis primeras opciones, me jacto de haberla escogido bien. Como muestra del universo de que esotoy en lo correcto, José Benito Ruiz, aclamado fotógrafo español y uno de mis ídolos sobre el tema, vino a mi universidad a dar un seminario sobre fotografía. Cuando me enteré me llevé el amargo sabor de boca al ver que se impartiría en horario de clase y ya estando en la puerta de salida, no habría sido buena idea saltarme las clases. Para mi fortuna, un día llegó la coordinadora de mi carrera a contarnos sobre el seminario y dándonos la noticia de que primer semestre debería ir sí o sí. Mi entusiasmo fue evidente desde la noticia hasta el último segundo con Benito de orador. Me sentí más feliz que en todos mis cumpleaños juntos y agradezco eternamente a mi universidad por la oportunidad y todo lo aprendido que espero pronto poner en práctica.
Benito fue un modelo de orador, todo el tiempo se mostró amable y risueño aún a pesar de que la mayoría del auditorio (que prácticamente fueron obligados a estar ahí) no pusiera atención e incluso se quedaran dormidos. En conclusión, el hombre demostró ser una joya, tanto en la fotografía como en calidad de persona.
Benito fue un modelo de orador, todo el tiempo se mostró amable y risueño aún a pesar de que la mayoría del auditorio (que prácticamente fueron obligados a estar ahí) no pusiera atención e incluso se quedaran dormidos. En conclusión, el hombre demostró ser una joya, tanto en la fotografía como en calidad de persona.
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