Eran las 9 AM del pasado sábado 11 de Noviembre.
Llegamos con mi mamá al punto de encuentro y me llevé la sorpresa de que Tammy, una chica con la que tuve el agrado de trabajar en la segunda edición del ItadakiMAID (evento en el que se juntaban los distintos cafe-maids de Quito) se había unido a nuestra organización. Saqué mi cámara para registrar el momento y me llevé el desagrado de no haber guardado la batería, para variar.
En fin, como soy super social hablé un ratito con ella mientras esperábamos a los demás para ir a nuestro destino, el Santuario Suyana. Una granja santuario se caracteriza por ser la casa de animales rescatados de las granjas. En el mundo existen varios y juraba que no existían en mi país hasta que Nella, la organizadora de Animal Libre Ecuador nos lo contó. Este santuario en particular se gestiona solo por sus dueños y puesto a que no está inscrito ni consta como fundación, no recibe donaciones y así mismo son pocas las personas no allegadas a los Lugo - Maziel que saben de su existencia.
Afortunadamente, en la organización hay varias personas que cuentan con un auto. Para estos viajes que de seguro no faltarán, resulta una fortuna. Me fui de copiloto en el carro de Juan Andrés, quien gracias al universo tiene buen gusto musical y es quien por cierto tomó todas las fotos que puse a continuación. El viaje duró aprox. hora y media pues Checa queda más allá de Tababela (Aeropuerto Mariscal Sucre).
Al llegar nos recibieron ladridos de toda una jauría de perros rescatados y a mi lado del carro estaba un chivo que no podía evitar su instinto de querer dar cabezasos. Me acerqué a él y se dejó acariciar mientras seguía intentando cabecearnos a otros activistas y a mi, pero para su mala suerte, había una reja entre nosotros.
Los dueños y fundadores del santuario no llegaban aún así que aprovechamos conociendo el lugar y a los demás animalitos.
Había una burrita junto a su cría muy juguetona llamada Alma quien había nacido 5 días antes. La pobre estaba tan tierna que tenía un andar bastante torpe.
Siguiendo un sendero por el lado derecho se encontraban unos caballos junto a el papá de la bebé burro, Zapatero.
Este burrito tenía una de sus patas traseras torcida, razón por la que se llama Zapatero. Intenté darle de comer y me mordió el dedo índice derecho. Luché bastante para que lo regresara pues no lo soltaba.
Más al fondo, casi junto a la madre burro y su cría, estaban un par de cerdotes durmiendo apasiblemente. Estos dos fueron rescatados cuando aún eran lechones.
Minutos después, llegaron Gabriela y Rafael junto a su hijo menor Elias. Gaby nos dio un recorrido guiado por todo el santuario, contándonos su historia y la de los animales.
Gabriela Maizel es una de esas mujeres luchadoras que en la vida siempre hacen falta conocer. Está llena ímpetu y amor por su familia humana y no humana. A simple vista se evidencian tatuajes sencillos que denotan su personalidad y su historia. Tiene 3 hijos y un marido que la apoya en esta lucha, Rafael Lugo.
Tras una larga charla, comenzamos a armar la pamba mesa.
Cada miembro de Animal Libre llevamos nuestro aporte alimenticio, dando como resultado una mesa llena de manjares que sin darnos cuenta estaba llena de deliciosos granos andinos.
Casi para finalizar este maravilloso día, Gabriela dejó salir a la jauría de perros quienes se lanzaron a recibir caricias de parte de todos nosotros. No recuerdo cuantos eran, pero eran bastantes y todos ellos rescatados y felices.
Como todo lo bueno tiene su final, tuvimos que volver cada quien a su respectiva casa pero con la satisfacción de haber podido evidenciar la razón de nuestra lucha y las miradas de tranquilidad de cada animalito que habita el Santuario Suyana. Los Lugo - Maziel nos invitaron a volver cuando quisiéramos ya sea en grupo o independientemente y nos despidieron con un cálido abrazo.
En lo personal, me había preparado días antes, a llorar durante la visita, ya que soy una llorona de peso con este asunto de los animales. Para mi sorpresa, ese día lo viví con mucha calma y la satisfacción de saber que esta lucha no es en vano.
Desde que decidí ser vegetariana hace 5 años me he planteado como un objetivo de vida, el fundar una granja santuario tomando el ejemplo del Santuario Gaia, ignorando totalmente que Gabriela Maziel ya lo había hecho. Esta visita fortaleció mis deseos de hacer uno por mi cuenta y me siento más motivada que nunca al formar parte de esta maravillosa ONG.
Llegamos con mi mamá al punto de encuentro y me llevé la sorpresa de que Tammy, una chica con la que tuve el agrado de trabajar en la segunda edición del ItadakiMAID (evento en el que se juntaban los distintos cafe-maids de Quito) se había unido a nuestra organización. Saqué mi cámara para registrar el momento y me llevé el desagrado de no haber guardado la batería, para variar.
En fin, como soy super social hablé un ratito con ella mientras esperábamos a los demás para ir a nuestro destino, el Santuario Suyana. Una granja santuario se caracteriza por ser la casa de animales rescatados de las granjas. En el mundo existen varios y juraba que no existían en mi país hasta que Nella, la organizadora de Animal Libre Ecuador nos lo contó. Este santuario en particular se gestiona solo por sus dueños y puesto a que no está inscrito ni consta como fundación, no recibe donaciones y así mismo son pocas las personas no allegadas a los Lugo - Maziel que saben de su existencia.
Afortunadamente, en la organización hay varias personas que cuentan con un auto. Para estos viajes que de seguro no faltarán, resulta una fortuna. Me fui de copiloto en el carro de Juan Andrés, quien gracias al universo tiene buen gusto musical y es quien por cierto tomó todas las fotos que puse a continuación. El viaje duró aprox. hora y media pues Checa queda más allá de Tababela (Aeropuerto Mariscal Sucre).
Al llegar nos recibieron ladridos de toda una jauría de perros rescatados y a mi lado del carro estaba un chivo que no podía evitar su instinto de querer dar cabezasos. Me acerqué a él y se dejó acariciar mientras seguía intentando cabecearnos a otros activistas y a mi, pero para su mala suerte, había una reja entre nosotros.
Los dueños y fundadores del santuario no llegaban aún así que aprovechamos conociendo el lugar y a los demás animalitos.
Había una burrita junto a su cría muy juguetona llamada Alma quien había nacido 5 días antes. La pobre estaba tan tierna que tenía un andar bastante torpe.
Este burrito tenía una de sus patas traseras torcida, razón por la que se llama Zapatero. Intenté darle de comer y me mordió el dedo índice derecho. Luché bastante para que lo regresara pues no lo soltaba.
Más al fondo, casi junto a la madre burro y su cría, estaban un par de cerdotes durmiendo apasiblemente. Estos dos fueron rescatados cuando aún eran lechones.
Minutos después, llegaron Gabriela y Rafael junto a su hijo menor Elias. Gaby nos dio un recorrido guiado por todo el santuario, contándonos su historia y la de los animales.
Gabriela Maizel es una de esas mujeres luchadoras que en la vida siempre hacen falta conocer. Está llena ímpetu y amor por su familia humana y no humana. A simple vista se evidencian tatuajes sencillos que denotan su personalidad y su historia. Tiene 3 hijos y un marido que la apoya en esta lucha, Rafael Lugo.
Tras una larga charla, comenzamos a armar la pamba mesa.
Cada miembro de Animal Libre llevamos nuestro aporte alimenticio, dando como resultado una mesa llena de manjares que sin darnos cuenta estaba llena de deliciosos granos andinos.
Casi para finalizar este maravilloso día, Gabriela dejó salir a la jauría de perros quienes se lanzaron a recibir caricias de parte de todos nosotros. No recuerdo cuantos eran, pero eran bastantes y todos ellos rescatados y felices.
Como todo lo bueno tiene su final, tuvimos que volver cada quien a su respectiva casa pero con la satisfacción de haber podido evidenciar la razón de nuestra lucha y las miradas de tranquilidad de cada animalito que habita el Santuario Suyana. Los Lugo - Maziel nos invitaron a volver cuando quisiéramos ya sea en grupo o independientemente y nos despidieron con un cálido abrazo.
En lo personal, me había preparado días antes, a llorar durante la visita, ya que soy una llorona de peso con este asunto de los animales. Para mi sorpresa, ese día lo viví con mucha calma y la satisfacción de saber que esta lucha no es en vano.
Desde que decidí ser vegetariana hace 5 años me he planteado como un objetivo de vida, el fundar una granja santuario tomando el ejemplo del Santuario Gaia, ignorando totalmente que Gabriela Maziel ya lo había hecho. Esta visita fortaleció mis deseos de hacer uno por mi cuenta y me siento más motivada que nunca al formar parte de esta maravillosa ONG.
Hola buenos días serías tan amable de indicarme la dirección exacta de esté santuario? Me llamó muchísimo la atención, he buscado por todo Quito refugios de animales de todo tipo y lastimosamente nuestro país cuenta con muy pocos. Soy Vegana casi 4 meses y quiero participar de éste tipo de experiencia. Muchas gracias
ResponderEliminarHola Josselyne, por favor anda al facebook de Animal Libre Ecuador y pregunta por interno. Este santuario no está abierto al público, sólo a los allegados a los dueños. Espero que te puedan facilitar con el contacto de Gabriela para que puedas visitarlo.
EliminarSaludos.