Overwatch vino a mi sin buscarlo en una época en la que no quería saber nada de videojuegos porque soy un ser procrastinador al que si le pones distracciones al frente no lo va a dudar ni medio segundo antes de dejar aquello en lo que debería enfocarse. Y bien, mi novio practicamente no puede vivir sin jugar y es insistente en cuanto a hacerlo conmigo. Lo disfruto, lo admito, pero no debo y por ende me molesta.
Un día, llegó como un niño diciendo que debía mostrarme algo y pues lo hizo. Me mostró un video del típico que me conmueve y me hace llorar hasta el día siguiente sin necesidad de tener un triste final porque pues soy una llorona de peso terrible. El video trataba sobre un robot muy adorable que despierta en un bosque, todo le resulta extraño y curioso. Un pajarito lo revolotea y generan un vínculo muy bonito (ya quiero llorar). Todo estaba en paz hasta que el robot sale del perímetro del bosque y comienza a tener un flashback.
Lo dejo hasta aquí porque merece ser visto y no contado:
Esta historia tan bonita fue la que me llevó a endeudarme con un amigo para conseguir el juego.
¡Nico, si estás leyendo esto, te juro que te pagaré antes de que acabe el año!
A Bastion lo hicieron perfecto para que cualquiera empatice con el, y yo siendo una empática me va de maravilla. Si bien no es mi héroe principal (porque me va mejor con Junkrat), es el segundo y me encanta jugar con el y quedarme como torreta defendiendo el punto para sabotear el ataque del enemigo. Caen facilito con Bastion.
Si bien es obvio que este personaje me encanta, lo repito nada más para introducir el fanart que hice en su honor.
Ta-da!
No voy a decir que me encanta jugar Overwatch, porque la paso mal jugando los videojuegos en primera persona. Siempre me mareo y peor cuando son del tipo Shooter. Pero trato de jugarlo lo más que pueda, sobretodo con mi hermano. Se la pasa bien, siempre y cuando no asome la gente tóxica.
- Nimo
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